Por Emily Bare / GICJ
Traducido por Juanita Beltrán Bayona / GICJ
La comunidad Internacional y la sociedad en general, debe comprometerse a amplificar las voces de mujeres y niñas en Afganistán. El 3 de octubre de 2022 durante la 51ª sesión del Consejo de Derechos Humanos, GICJ asistió al evento paralelo sobre “El camino hacia la acción para las mujeres y niñas en Afganistán”.
Zuhra Dadgar Shafiq, cofundadora de Acción para el Desarrollo, abordó su preocupación por la ineficacia de la ayuda de la comunidad internacional preguntando: "¿Acaso los afganos no son humanos? ¿Qué puede hacernos comprender la gravedad de lo que ocurre en este país? ¿La gravedad de que haya gente decapitada y colgada por la cabeza? ¿Qué nos hace movernos?". Afirmó que el 97% de la población afgana pasa hambre y frío en la actualidad, e instó a tomar medidas inmediatas para hacer frente a esta situación.
Heather Barr, codirectora de la División de Derechos de la Mujer de Human Rights Watch, se refirió al ataque ocurrido el 30 de septiembre contra la comunidad Hazara, que afectó principalmente a las mujeres. Instó a la creación de un mecanismo independiente de la ONU para documentar las violaciones en Afganistán y garantizar la responsabilidad de estos crímenes. Pidió que el CDH haga más en este sentido para proteger a las mujeres y niñas afganas.
Además, Heela Najibullah, investigadora asociada en Narrativas Intergeneracionales sobre el Conflicto Afgano, declaró que Afganistán no tiene un gobierno oficial desde 2001, lo que dificulta a las mujeres encontrar oportunidades de trabajo o acceder a sus derechos humanos. Así mismo, destacó que el Estado carece de un Estado de derecho y de una autoridad responsable que garantice un gobierno centrado en el pueblo.
Geneva International Centre for Justice (GICJ) está preocupado por la persistencia de la discriminación y la violencia que sufren las mujeres y las niñas en Afganistán. Recalcamos la importancia de continuar el diálogo para abordar esta cuestión, e instamos a los Estados, a las Naciones Unidas, a la comunidad internacional y a las instituciones a que desarrollen y apliquen políticas destinadas a proteger a los afganos, en concreto a las mujeres y las niñas.
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