49º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos

28 de febrero - 1 de abril de 2022

ÍTEM 9 - Presentación del informe del GTI sobre la aplicación efectiva de la Declaración y el Programa de Acción de Durban en su 19º período de sesiones

28 de marzo de 2022

Por Amal Bushara / GICJ

Traducido por Lian Martínez / GICJ

Resumen ejecutivo

El 28 de marzo, durante la 48ª Reunión del 49º Período Ordinario de Sesiones del Consejo de Derechos Humanos, la Representante Permanente de Ruanda ante la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra, Marie-Chantal Rwakazina, presentó el último informe del Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre la Aplicación Efectiva de la Declaración y el Programa de Acción de Durban. Durante su presentación, Marie-Chantal Rwakazina, quien también es la Presidenta Relatora del Grupo de Trabajo Intergubernamental (GTI) sobre la Declaración y el Programa de Acción de Durban, reafirmó la importancia del documento como herramienta contra el racismo y la intolerancia a nivel mundial. El GTI reiteró que el amplio programa de la Declaración es una solución para abordar el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las diversas formas de intolerancia, y señaló que, a pesar de los 75 años de compromiso de las Naciones Unidas contra el racismo, los prejuicios raciales siguen existiendo. Por ello, el Presidente Relator también alentó a los Estados a redoblar sus esfuerzos para promover la colaboración bilateral, regional e internacional en la puesta en práctica de los planes de acción nacionales y para que la comunidad internacional revitalice su compromiso y voluntad política para acabar con los prejuicios. Se señaló la importancia de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, como herramienta principal para combatir todas las formas de intolerancia, así como también se constató que había sido la base de la amplia Declaración y Programa de Acción de Durban -proyecto de la ONU para lograr la inclusión, la igualdad y la justicia para todas las personas, independientemente de su raza, género o religión-. 

En el Informe, el Grupo de Trabajo expresó su preocupación por el impacto desproporcionado que ha tenido la Covid-19 en las desigualdades existentes en las sociedades y entre los países, y lamentó que las personas pertenecientes a minorías raciales y étnicas, la comunidad asiática y personas de ascendencia asiática, y, en particular mujeres y las niñas, hubieran sido víctimas de violencia racista, amenazas de violencia, discriminación y estigmatización en este contexto. El Grupo de Trabajo también reafirmó su compromiso de velar por que no se deje a nadie al margen y de pedir a todos los países que participen en el debate mundial sobre el racismo y la intolerancia, ya que se señaló que la inclusión es una parte vital de la lucha contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y la intolerancia. 

Antecedentes

Adoptada por la Conferencia Mundial contra el Racismo, el 8 de septiembre de 2001, la Declaración y el Programa de Acción de Durban (DPAD) es el marco de las Naciones Unidas para combatir el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia en todo el mundo. La DPAD es una promesa política y, aunque no es jurídicamente vinculante, simboliza el compromiso inquebrantable de la comunidad internacional y tiene un gran valor moral, ya que proporciona una base para las actividades de promoción en todo el mundo. Con ella se han reforzado los esfuerzos globales para combatir y prevenir el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia, ha contribuido a la proliferación de medidas legislativas y al desarrollo de planes de acción nacionales, y ha apoyado los mecanismos de seguimiento. Asimismo, ha contribuido a elevar el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia a la máxima prioridad de la agenda internacional. Desde que la comunidad internacional adoptó la DPAD en 2001, 42 Estados han aprobado o modificado la legislación contra la discriminación, 35 Estados han creado organismos de igualdad para combatir los prejuicios raciales y promover la igualdad y 23 Estados e instituciones regionales han promulgado medidas contra el racismo a nivel nacional y regional.

En muchos sentidos, la DPAD es un documento centrado en las víctimas, ya que hace hincapié en la difícil situación de las víctimas del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia. Reafirma que los Estados tienen el deber de proteger y promover los derechos humanos de todas las víctimas y que deben aplicar una perspectiva de género, reconociendo las múltiples formas de discriminación. La DPAD también es extraordinaria porque reconoce que ningún país puede afirmar que está libre de racismo, que el racismo es una preocupación mundial y que abordarlo requiere un esfuerzo universal. Además, reconoce que es imposible diseñar medidas correctivas eficaces y desmantelar las estructuras e instituciones discriminatorias sin una evaluación honesta del pasado, y sin reconocer las consecuencias de la Trata Transatlántica de Esclavos y de la esclavitud y el colonialismo en la actualidad. 

El Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre la Aplicación Efectiva de la Declaración y el Programa de Acción de Durban es uno de los tres mecanismos establecidos para el seguimiento de la Declaración y el Programa de Acción. Fue creado por la resolución 2002/68 de la Comisión de Derechos Humanos y aprobado por el Consejo Económico y Social en su decisión 2002/270 de 25 de julio de 2002. Su mandato, tal y como se establece en el párrafo 7 de la parte dispositiva de la resolución 2002/68 de la Comisión, es “hacer recomendaciones con vistas a la aplicación efectiva de la Declaración y el Programa de Acción de Durban”. El Grupo de Trabajo Intergubernamental es un grupo de trabajo de composición abierta, lo que significa que todos los Estados miembros y observadores de las Naciones Unidas, las organizaciones intergubernamentales, las organizaciones no gubernamentales reconocidas como entidades consultivas por el ECOSOC y las organizaciones no gubernamentales acreditadas para la Conferencia Mundial contra el Racismo pueden asistir a las reuniones públicas del Grupo de Trabajo. 

Una vez al año, el Grupo de Trabajo celebra una sesión en la que las y los participantes debaten y comparten opiniones sobre la discriminación racial en el mundo, teniendo en cuenta la aplicación de la Declaración y el Programa de Acción de Durban. La decimonovena sesión del Grupo de Trabajo se celebró en Ginebra del 11 al 22 de octubre de 2021. Las y los participantes compartieron sus puntos de vista sobre la situación mundial de la discriminación racial. Durante este período de sesiones, el Grupo de Trabajo examinó los progresos realizados en el programa de actividades del Decenio Internacional de Afrodescendientes y debatió las medidas para mejorar la eficacia de los mecanismos establecidos para el seguimiento de la Declaración y el Programa de Acción de Durban, así como para garantizar una mejor sinergia y complementariedad en su labor. El último informe del Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre la Aplicación Efectiva de la Declaración y el Programa de Acción de Durban ofreció información sobre la labor realizada en esta sesión.

Informe

El Informe del Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre la Aplicación Efectiva de la Declaración y el Programa de Acción de Durban sobre su 19º período de sesiones, como se titula, destaca las cuestiones clave debatidas en la reunión. Asistieron a la sesión representantes de los Estados miembros de las Naciones Unidas, observadores de Estados no miembros, órganos de las Naciones Unidas y organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales.

Según el informe, Peggy Hicks, Directora de la División de Compromisos Temáticos, Procedimientos Especiales y Derecho al Desarrollo de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), inauguró el 20º período de sesiones del Grupo de Trabajo. En su discurso de apertura, la Directora recordó varios acontecimientos y desarrollos significativos relacionados con la lucha contra el racismo desde la decimoctava sesión del Grupo de Trabajo. Se refirió al histórico informe del Alto Comisionado sobre la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas africanas y afrodescendientes contra el uso excesivo de la fuerza y otras violaciones de los derechos humanos por parte de los agentes del orden, en el que el Alto Comisionado esbozaba un programa de cuatro puntos para la justicia y la igualdad raciales.

Tras la declaración de Peggy Hicks, el Presidente Relator invitó a las y los participantes a realizar declaraciones generales. Las y los representantes señalaron que el mundo seguía asistiendo a una preocupante tendencia a la incitación al odio que afectaba al disfrute de los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas. Los incidentes racistas que se producen, especialmente los que tienen como objetivo a manifestantes pacíficos, son alarmantes. Personas de todo el mundo, especialmente jóvenes, están alzando la voz para exigir el fin de la discriminación racial, sobre todo contra las personas de origen africano. Para luchar contra el racismo y la xenofobia es necesaria la solidaridad y la colaboración internacionales, y los procedimientos de seguimiento de la Declaración y el Programa de Acción de Durban son fundamentales en este sentido. Pidieron una mayor acción internacional, en particular para abordar los problemas a los que se enfrentan las mujeres de origen africano, y animaron a renovar el mandato del Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre la Aplicación Efectiva de la Declaración y el Programa de Acción de Durban. La relevancia y el valor de la Declaración y el Programa de Acción de Durban han quedado demostrados por los últimos acontecimientos. Los representantes señalaron que la tolerancia mutua y el entendimiento entre las comunidades son necesarios ahora más que nunca.

Se destacó en numerosas ocasiones la crisis mundial multidimensional generada por la pandemia de la enfermedad por Covid-19.

A continuación, las y los ponentes y representantes de los Estados deliberaron sobre diversas cuestiones y temas, y sugirieron formas de avanzar en la aplicación de la DPAD a nivel mundial y de reforzar la eficacia de sus mecanismos de seguimiento. También debatieron sobre la eficacia de las campañas de información pública y de sensibilización contra el racismo. Hablando sobre el poder del diálogo en la lucha contra el racismo, un portavoz del Departamento de Comunicaciones Globales declaró que compartir historias y experiencias personales era el enfoque más eficaz para involucrar a la gente y motivarla a actuar. Se señaló que la campaña de medios sociales del Departamento de Comunicación Global se centra en activos digitales que pueden utilizarse tanto a nivel local como mundial y se ilustró cómo el racismo sistémico afectaba al acceso a la justicia, a la educación, a la igualdad salarial, a la diversidad de los medios de comunicación y al tratamiento médico, revelando lo profundamente arraigado que está en nuestras culturas. 

Asimismo, los oradores reflexionaron sobre el desarrollo y la aplicación de planes de acción nacionales contra la discriminación racial. Un plan de acción nacional contra el racismo, según la Presidenta del Grupo de Trabajo de Expertos sobre las Personas de Ascendencia Africana, debe ser empoderador y permitir que todas las personas participen en la toma de decisiones y alcancen sus derechos humanos. También mencionó que la primera etapa en la creación de un plan de acción nacional era utilizar los recursos existentes, como las directrices de la OACDH para desarrollar planes de acción y recomendaciones basadas en conversaciones con las comunidades afectadas. Continuó diciendo que el Grupo de Trabajo también ha generado un gran número de documentos y análisis temáticos, así como directrices operativas para que las personas de origen africano sean incluidas en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Por último, el GTI sobre la DPAD finalizó su 19ª sesión con conclusiones y recomendaciones. El GTI sobre la DPAD reconoció el aumento de la discriminación, los discursos de odio, la estigmatización, el racismo sistémico, los prejuicios, los perfiles raciales, la violencia, la xenofobia y la intolerancia, tanto en persona como en línea, dirigidos, entre otros, contra personas africanas y afrodescendientes, la comunidad asiática, los pueblos indígenas, las personas romaníes y otras minorías raciales, étnicas, lingüísticas y religiosas. En este sentido, formula recomendaciones, entre las que se incluye un llamamiento a los Estados para que muestren una mayor voluntad política en la aplicación de la Declaración y el Programa de Acción de Durban, e insta a los Estados a que garanticen que sus sistemas políticos y jurídicos reflejan la diversidad multicultural de sus sociedades y, cuando sea necesario, a que mejoren las instituciones democráticas para que sean más plenamente participativas, y que eviten la marginación, la exclusión y la discriminación de sectores específicos de la sociedad. Anima a los Estados a utilizar y aprovechar los marcos existentes con potencial para lograr el cambio, como la aprobación del “Decenio Internacional de los Afrodescendientes” y su programa de actividades y la aplicación, mediante medidas concretas, de un programa de cambio transformador hacia la justicia y la igualdad raciales, tal y como ha articulado el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Geneva International Centre for Justice (GICJ) acoge con gran satisfacción los esfuerzos y la contribución de todos los Estados para eliminar y reducir las desigualdades sociales causadas por las prácticas discriminatorias e intolerantes, incluida la impunidad policial. Lamentablemente, el racismo, la discriminación y la intolerancia siguen estando presentes en todos los niveles de la sociedad. Por lo tanto, GICJ hace un llamado a los Estados para que renueven y reafirmen su compromiso de poner fin a todas las formas de racismo y discriminación. Por último, reconoce que las leyes y las políticas no siempre son transparentes y reflejan las necesidades de las personas afectadas en función de su color, religión, sexo u otra razón. GICJ insta a los Estados a ser más inclusivos e incorporar las voces de las personas más vulnerables en los procesos de toma de decisiones pertinentes. 


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