Contaminación del agua, escasez de agua y desastres relacionados con el agua

Informe del Diálogo Interactivo con el Relator Especial sobre la cuestión de las obligaciones de derechos humanos relacionadas con el disfrute de un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible

46º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, Ginebra (22 de febrero - 23 de marzo de 2021)

Por: Irene Sacchetti & Joy El Hajaly/GICJ

Resumen y traducción por: Jennifer Tapia Boada.

Introducción

Aunque el agua cubre la mayor parte de la superficie de nuestro planeta, el porcentaje de agua dulce y limpia es extremadamente limitado. Menos del 1 por ciento del agua de la Tierra constituye agua dulce y accesible. Es decir, el 97 por ciento es agua salada y el 2 por ciento restante está encerrado en casquetes polares y glaciares.

Como tal, los ecosistemas acuáticos, que consisten en ríos, lagos, acuíferos, manantiales y humedales, ayudan a sostener los nutrientes y ciclos hidrológicos globales. De hecho, las personas de todo el mundo dependen del agua dulce para beber, para el saneamiento, la cocina, la limpieza, la pesca, la cultivación de alimentos y muchas otras actividades. Uno de los desafíos clave del siglo XXI es equilibrar las necesidades de agua con la salud de estos ecosistemas.

Hoy en día, en lugar de tratar el agua con respeto y cuidado, los humanos continúan contaminando el agua en todos los niveles, ya sea desperdiciando demasiada agua o destruyendo tierras baldías. Por octavo año consecutivo, en 2020, el Foro Económico Mundial colocó las crisis del agua entre los cinco principales riesgos para la economía mundial. A pesar de los avances en la mejora del acceso al agua o al saneamiento, miles de millones de personas continúan sufriendo la falta de acceso a estos. Además, las enfermedades transmitidas por el agua causan alrededor de 2 millones de muertes evitables en todo el mundo cada año, y las consecuencias recaen en los niños menores de 5 años.

La contaminación del agua sigue empeorando, y la calidad y cantidad de agua disponible para sustentar los ecosistemas y satisfacer las necesidades humanas se ven afectadas negativamente. Dado el alcance de este tema, el Relator Especial sobre los derechos humanos y el medio ambiente y el Relator especial sobre los derechos humanos al agua potable y el saneamiento han trabajado para definir el alcance y contenido de las obligaciones del Estado, los desafíos en curso y las buenas prácticas en torno a estos derechos.

 

Resumen del informe del Relator Especial (A/HRC/46/28)

El Relator Especial sobre la cuestión de las obligaciones de derechos humanos relacionadas con el disfrute de un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible, Sr. David R. Boyd, presentó su informe A/HRC/46/28 en la 46a sesión del Consejo de Derechos Humanos, discutiendo el disfrute de los derechos humanos interrelacionado con la crisis global del agua.

Image source: United Nations Human Rights Office of The High Commission; David R. Boyd, Special Rapporteur on human rights and the environment.

En el informe, el Relator Especial describe el agua potable y en cantidad suficiente, como uno de los componentes más importantes del derecho a un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible. El informe señala que la contaminación del agua y la degradación de los ecosistemas están aumentando debido a muchos factores: crecimiento de la población, emergencia climática, uso ineficiente del agua, crecimiento económico, cambio de uso de la tierra, planificación, regulación y aplicación deficientes, y extractivismo. El informe también se centra en los derechos humanos y el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 6 y, por lo tanto, va más allá del suministro global de agua potable, higiene y saneamiento. Las metas de este objetivo abordan la gestión integrada de los recursos hídricos, la cooperación internacional y la creación de capacidades, y la mejora de la calidad del agua mediante la reducción de la contaminación, entre otros.

El informe también destaca las causas y las consecuencias de la crisis mundial del agua, centrándose en la contaminación, la escasez y los desastres relacionados con el agua y los impactos negativos en los grupos más vulnerables y marginados.

Al resaltar que los Estados tienen obligaciones sustantivas y de procedimiento para garantizar agua potable y suficiente, que no son opciones sino obligaciones legalmente vinculantes, el Sr. Boyd describe buenas prácticas adoptadas para combatir la crisis del agua y lograr el ODS 6, que han ayudado a reducir o prevenir la contaminación del agua, mitigar su escasez, proteger los ecosistemas acuáticos y reducir ciertos riesgos asociados con los desastres relacionados con el agua. Ejemplos de buenas prácticas a nivel internacional incluyen tratados globales y acuerdos regionales. A nivel nacional, las buenas prácticas incluyen, entre otras, leyes sólidas, protección constitucional del agua, políticas que empoderan a las mujeres y enfoques innovadores para reciclar y conservar el agua.

Se describe que los Estados deben aplicar un enfoque basado en los derechos para todos los aspectos del uso, protección, restauración y distribución del agua. Los principios marco sobre derechos humanos y medio ambiente identifican tres pilares de las obligaciones del Estado: obligaciones sustantivas, obligaciones de procedimiento y obligaciones especiales hacia los grupos vulnerables. Dichas obligaciones son explicadas ampliamente en el informe, junto con otras obligaciones que incluyen monitoreo, mapeo legal, planes de agua y gestión de recursos hídricos, y aplicación de la ley relacionada con el agua. En esta sección, también es importante reconocer la evaluación del progreso, así como la creación de capacidad y el empoderamiento público.

El Relator Especial también proporciona un proceso de siete pasos y recomendaciones de acciones que los Estados deben seguir mediante un enfoque basado en los derechos para la gobernanza del agua, e insta a las empresas a contribuir y apoyar los esfuerzos para garantizar agua suficiente y segura para todos.

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El diálogo interactivo con el Relator Especial

En la 46ª sesión, el Relator Especial subrayó que todavía una cantidad inimaginable de personas en todo el mundo carecen de agua potable y padecen enfermedades transmitidas por el agua. También destacó que la actual crisis climática está agravando los problemas relacionados con el agua, el disfrute de numerosos derechos y creando profundas desigualdades en la distribución del agua. En consecuencia, el Relator Especial alentó a los Estados a aumentar la cooperación internacional y a adoptar un enfoque basado en los derechos para lograr la Agenda 2030 de los ODS, promoviendo un aumento de las inversiones para mejorar la gobernanza del agua y ayudar a los Estados de bajos ingresos. El Relator Especial también recordó a los Estados que el agua es una prioridad para nuestra existencia y no debe ser víctima de abusos y conflictos, sino estar disponible y accesible para todos.

La presentación del Relator Especial también se centró en las obligaciones y responsabilidades de los Estados y las empresas para gestionar, proteger, utilizar, conservar, restaurar y asignar los recursos hídricos, haciendo hincapié en la necesidad de seguir un enfoque basado en los derechos, ya que define la obligación de respetar, y la necesidad de creación de capacidad para soluciones. En particular, ha aclarado que además de las obligaciones procesales, sustantivas y especiales de acuerdo con los principios marco sobre derechos humanos y medio ambiente, los Estados deben seguir siete pasos clave para aplicar un enfoque de derechos a la gobernanza del agua:

  1. Evaluación del estado del agua,
  2. Iniciativa de mapeo y fortalecimiento legal
  3. Desarrollar o revisar planes de agua para incorporar un enfoque basado en derechos,
  4. Implementar planes relacionados con el agua y hacer cumplir las leyes, regulaciones y estándares.
  5. Evaluar el progreso,
  6. Desarrollar capacidades e
  7. Informar, involucrar y empoderar al público.

Finalmente, el Sr. Boyd pidió al Consejo de Derechos Humanos que apoye la iniciativa de una resolución para reconocer el derecho a un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible, ya que este organismo de la ONU tiene la tarea de impulsar el progreso universal de la protección de los derechos humanos.

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Comentarios y preguntas de los Estados 

Varios países y grupos regionales apoyaron el reconocimiento internacional del derecho a un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible, ya que es una condición previa clave para el pleno disfrute de múltiples derechos humanos como el derecho a la vida, la salud, el agua, la alimentación, un nivel de vida adecuado, al desarrollo y derechos del niño. La importancia de proteger el medio ambiente, los ecosistemas y la biodiversidad ha sido destacada por la pandemia COVID-19, que demostró las consecuencias del impacto negativo del ser humano en el planeta.

Consenso general

A lo largo del diálogo, la mayoría de los oradores se centraron en la necesidad de proteger el agua potable y dulce, especialmente porque representa menos del 1 por ciento del agua total del planeta. Muchos oradores también enfatizaron que el cambio climático ha exacerbado las inequidades asociadas con la escasez de agua, y la contaminación del agua. Sigue siendo alarmante que aproximadamente cuatro mil millones de personas tuvieran poco o ningún acceso a los servicios de agua potable y saneamiento. La escasez de agua plantea un riesgo particular y agudo para los pequeños Estados insulares en desarrollo, incluso con las soluciones innovadoras que han aplicado para mitigar este terrible desafío. La pandemia ha destacado la importancia de proteger nuestro medio ambiente, la biodiversidad y los ecosistemas saludables. La mayoría de los Estados también acogieron con satisfacción los siete pasos presentados por el Relator Especial.

Los oradores se mostraron muy alarmados por el cambio climático como multiplicador de riesgos, por lo que instaron a todos los Estados a acoger el llamado al diálogo sobre el posible reconocimiento global del derecho a un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible.

Por otra parte, algunos oradores destacaron que la Constitución de sus Estados establece el derecho a disfrutar de un medio ambiente sano y seguro de la misma manera que han abordado el derecho a la salud o la vida.

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Las contribuciones de las organizaciones no gubernamentales 

Muchas ONG expresaron su preocupación por la emergencia climática, que está agravando la escasez de agua y los desastres relacionados con el agua. De hecho, se ha enfatizado que la contaminación del agua, la escasez de agua y los desastres relacionados con el agua tienen un mayor impacto en las mujeres y los niños. En particular, las mujeres palestinas, junto con los niños, sufren escasez de agua y contaminación, especialmente en la Franja de Gaza. Se ha instado a Israel a respetar sus obligaciones relacionadas con el agua y el respeto al medio ambiente en virtud del Derecho Internacional Humanitario.

En general, el mensaje de la sociedad civil fue que la actual crisis mundial del agua debe abordarse con un enfoque basado en los derechos humanos, respetando los ecosistemas. Se necesita especial atención para proteger a las poblaciones vulnerables, incluidos los pueblos indígenas y sus tierras, que han estado bajo explotación a gran escala durante los últimos años.

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La posición de GICJ

Geneva International Centre for Justice (GICJ) junto con International-Lawyers.Org, presentaron una declaración conjunta al Consejo de Derechos Humanos

GICJ elogia al Relator Especial sobre Medio Ambiente por su informe, el cual se centra en las terribles consecuencias de la crisis mundial del agua que interfieren con el pleno disfrute de los derechos humanos. Además, GICJ recuerda a los Estados que tienen amplias obligaciones de priorizar estrategias efectivas para garantizar el acceso a agua potable y suficiente. Miles de millones de personas todavía carecen de acceso al agua potable e incluso a los servicios básicos de agua, y casi 2 millones de personas mueren anualmente en todo el mundo debido a enfermedades transmitidas por el agua. Los Estados y las empresas deben respetar las obligaciones relacionadas con el agua, que no son opciones, sino obligaciones legalmente vinculantes. GICJ considera que la comunidad internacional debe enfocarse en encontrar una solución relevante para los grupos vulnerables, marginados y países de bajos ingresos que requieren un monitoreo especial, ya que a menudo tienen recursos financieros insuficientes para cumplir con los objetivos de seguridad del agua.

Al subrayar que este es un momento crucial para tomar una acción alineada para abordar la crisis del agua, GICJ recomienda encarecidamente a los Estados que aceleren y fortalezcan la implementación completa de los siete pasos clave de la gobernanza del agua basada en los derechos a medida que promueven el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 de la Agenda 2030.

Por último, nos sumamos a la solicitud del Relator Especial y otras ONG acreditadas ante Consejo de Derechos Humanos, de promover internacionalmente el reconocimiento del derecho a un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible como condición previa al pleno disfrute de otros derechos humanos, incluido el derecho a la vida, la alimentación, el agua, la salud y permite que la vida prospere en nuestro planeta.

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Conclusión

Después de la presente discusión, se espera que la comunidad internacional coopere para garantizar el acceso de todos al agua potable, mejorar la gestión del agua y aumentar las inversiones en agua y saneamiento, ya que el beneficio es inconmensurable para las generaciones presentes y futuras. Además, este podría ser el momento adecuado para que el Consejo de Derechos Humanos reconozca oficialmente el derecho a un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible y promueva su salvaguardia entre los Estados.

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Haga click aquí para acceder al informe completo en inglés

 

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