Laura Calderón Pachón

Resumen

La violencia contra los niños y el reclutamiento forzoso han sido un problema en Colombia desde hace más de 60 años. Para entender esta situación, resultaría necesario conocer los esfuerzos del estado para abordar el conflicto desde la firma del proceso de paz en el 2016. En el año 2016, el Gobierno Nacional firmó el Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera con el mayor grupo armado del país: Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP). A pesar de los muchos esfuerzos nacionales e internacionales para poner fin a este problema, el reclutamiento de menores sigue siendo una preocupación en este país.

En el caso colombiano, los estudios de Niños Soldados en Colombia realizados por Human Rights Watch informan que "la mayoría de los niños en Colombia han sido voluntariamente reclutados en fuerzas armadas ilegales a pesar de que hay pruebas que constatan que los menores son reclutados forzosamente". Son dos los grupos al margen de la ley quienes principalmente reclutan a los menores en el país; los paramilitares y los guerrilleros. Dichos grupos explotan a los niños en situaciones de vulnerabilidad, con falsas promesas de dinero y oportunidades para el futuro. A medida que aumenta la brecha social, el reclutamiento también. En un contexto de indiferencia, miedo y violencia de todo tipo, las armas parecen ser la mejor opción. El hecho de que un niño/a decida o no unirse a un grupo armado responde a un país desigual en donde el conocimiento y la educación son limitadas para muchos.

El informe inicial en su versión en inglés aborda la situación actual del reclutamiento de niños en Colombia desde una perspectiva nacional e internacional. Adicionalmente, se ilustrará la situación mediante un proyecto local, se trata de una residencia juvenil en una de las regiones rurales más afectadas por la violencia en Colombia. Este proyecto tenía como objetivo cambiar la situación violenta de la vida de los niños de la región. Según su pionera: “Cuidar a nuestros niños y no dejarlos solos, un legado de amor paz, esperanza y rico en valores”.

Frente a lo anterior, el Geneva International Centre for Justice (GICJ) hace un llamado a la comunidad internacional para detener cualquier forma de participación de menores en los conflictos armados. GICJ reconoce que aún hoy en día, los niños siguen siendo reclutados en fuerzas armadas, en grupos paramilitares, en milicias civiles y otros. Así las cosas, condena a todas las organizaciones que participan en el reclutamiento forzoso de menores y como consecuencia, considera que se deberían tomar medidas no sólo para prevenir el reclutamiento, sino mecanismos adecuados para rehabilitar a los afectados, proporcionándoles educación, justicia y una estabilidad adecuada. GICJ es consciente de los millones de niños alrededor del mundo que son privados del disfrute infantil e insta a la comunidad internacional a priorizar la seguridad y el bienestar de todos los menores en la sociedad.

Cuerpo

Para nadie es un secreto que los menores se asocian con grupos al margen de la ley para escapar de la pobreza, para defender a sus comunidades y a veces, lo arriesgan todo con la ilusión de un mejor futuro. Son muchas las razones por las cuales los niños se ven enfrentados a unirse a estos grupos armados. Ciertamente el reclutamiento forzoso debería ser entendido de dos maneras: los niños que son forzosamente reclutados en grupos armados y aquellos que voluntariamente deciden unirse a estos por motivos económicos, sociales y culturales. Sea cual sea el motivo, los niños son victimas pasivas de las acciones adultas ajenas a su situación.

Según el último informe de la Secretaría General de las Naciones Unidas sobre los niños y el conflicto armado publicado el 9 de junio de 2020, las Naciones Unidas expresó que los Estados han realizado esfuerzos para vigilar y denunciar a los niños dentro del conflicto armado. Hoy, gracias a la implementación de planes de acción, muchos niños ya no están relacionados con ningún tipo de grupo armado. Sin embargo, estas prácticas siguen existiendo y es nuestro deber eliminar cualquier tipo de reclutamiento forzoso contra niños.

La ONU ha abogado por proteger los derechos de los niños e introdujo la campaña "Ley para la protección de los niños afectados por el conflicto" en abril del 2019. Esta campaña conecta las políticas nacionales y los procesos de paz alrededor del mundo. Su objetivo principal es que se reduzcan los conflictos. Adicionalmente, la ONU ha expresado que "si bien se observó una disminución general del número de víctimas infantiles, el número de asesinatos y la mutilación de niños sigue siendo de las violaciones más gravosas y con los mayores índices. Lo anterior presupone una gran preocupación por las violaciones al derecho internacional humanitario y a los derechos humanos por la falta de medidas para mitigar los daños que se han producido. Parte de los hechos que victimizan son: el fuego cruzado, el uso de armas pequeñas, el uso de armas explosivas en zonas pobladas y el uso excesivo de la fuerza por parte de los actores del estado. 

Según la ONU, en el 2019, 13.200 niños fueron separados de fuerzas armadas en todo el mundo. Los programas de reintegración de menores y los diversos planes de acción han mitigado el riesgo de que los niños sean reclutados por grupos armados. Sin embargo, algo que causa preocupación es que estos programas carecen de requisitos necesarios para funcionar de manera suficiente y productiva. Para empezar, los programas de reintegración deben responder al género, incluir la salud mental, el apoyo psicosocial, la educación, la formación profesional, y proporcionar acceso al registro civil, documentos de identificación y justicia. En consecuencia, si los programas no son integrales, la esfera social, la pobreza y la falta de oportunidades pueden dar lugar al reclutamiento de los menores.

En el caso colombiano se han realizado esfuerzos para que esta situación mejore con la ayuda del acuerdo de paz firmado en el 2016 entre las FARC y el Gobierno Nacional. El acuerdo general pretendía solucionar cinco temas claves que son: la integración de agricultura y desarrollo, la participación política, el fin al conflicto, la solución del problema de las drogas, las victimas y la implementación, verificación y ratificación de la firma de los acuerdos. Hoy en día, la firma del acuerdo de paz ha logrado desmovilizar a más de 13.000 guerrilleros a la vida civil a pesar de que se han formado grupos disidentes de la guerrilla que siguen reclutando niños. De acuerdo con el Ministerio de Defensa del país, los menores voluntariamente no pueden unirse a un grupo al margen de la ley por la inhabilidad de tomar sus propias decisiones y ha reconocido a los niños como victimas dentro del conflicto armado. Siendo así, el proceso de rescatar a los menores de las filas empieza con el programa de reinserción el cual es acompañado por el Instituto de Bienestar familiar para satisfacer las necesidades psicológicas, sociales, de orientación y desarrollo sostenible para cada uno. Además, el Ministerio ha implementado medidas para apoyar proyectos de emprendimiento para la promoción de los derechos humanos y de los niños. Para aquellos menores que se han reintegrado a la vida civil hay acompañamiento psicosocial y educativo.

Hoy por hoy la situación es complicada y las cifras elevadas. La violación a los derechos humanos sigue siendo un desafío para la seguridad en las zonas del Chocó, de Arauca, del Norte de Santander, del Bolívar, del Putumayo, entre muchas otras.

En el reporte escrito, se encuentra la historia de Cecilia Córdoba, una mujer valiente que fundó el Internado Sol de Esperanza, un hogar juvenil que ha logrado rescatar a muchos niños de la zona del conflicto armado, para ofrecerles un mejor futuro en el corregimiento de Monterrey, Simití, en el sur de Bolívar. En una entrevista realizada para la organización, Cecilia cuenta que su iniciativa surgió de ver la falta de oportunidades que los niños tienen para acceder a la educación. Esta falta de oportunidades permite que los diferentes grupos al margen de la ley reclute niños ya que estos no tienen un horizonte claro de lo que quieren hacer en la vida. El internado nace de dos necesidades básicas que requieren los niños: educación y felicidad. Para Cecilia, la firma del acuerdo de paz los ha hecho poder hablar con mas libertad e incluso el acceso para visitar territorios cercanos a la zona. Para ella, la mayor dificultad que ha enfrentado ha sido el costo de los alimentos, el hecho de dar 240 comidas diarias es un reto como una amenaza también. Sin embargo, siempre han podido sobrevenir las dificultades. En este momento, cree firmemente que el apadrinar un niño/a es la mejor manera en la cual la comunidad internacional podría colaborarle a los niños dándoles una esperanza. En una frase, el legado de Cecilia es: “Seguir luchando por los niños y nunca abandonarlos porque mientras tengamos a nuestros niños, tenemos una oportunidad en nuestro país. Cuidar de nuestros niños y no abandonarlos es un legado de amor, paz, esperanza y valores.”

Link al informe completo en inglés: https://www.gicj.org/gicj-reports/1917-child-recruitment-in-colombia

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