GICJ condena todas las formas de violencia contra los niños, bajo cualquier circunstancia

Por Ardya Syafhana / GICJ

Traducido por Natalia Venegas / GICJ

Las repercusiones de los conflictos armados son enormes. La comunidad internacional ha sido testigo durante décadas de las consecuencias morales que genera para todas las partes implicadas, especialmente para los niños. La impotencia les ha puesto en la mira de abusos y atrocidades. A los niños les han arrebatado sus familias, sus casas y sus vidas. El 19 de agosto de 1982, la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) "horrorizada" por el número de niños palestinos y libaneses víctimas de los asesinatos de Israel, decidió celebrar el 4 de junio como Día Internacional de los Niños Víctimas de la Agresión [1]. Este día de conmemoración tiene como objetivo, llamar la atención de la comunidad internacional para preservar y proteger continuamente los derechos de los niños y recordar el sufrimiento mental y físico que han sufrido los durante el conflicto.

A pesar de la indignación mundial por el asesinato de niños palestinos inocentes por parte de Israel, la cual no fue suficiente para detener los asesinatos. La masacre de Sabra y Shatila tuvo lugar entre el 16 y el 18 de septiembre de 1982. El baño de sangre en los dos campos de refugiados palestinos al suroeste de Beirut fue llevado a cabo por una milicia libanesa bajo control israelí.  En el momento álgido del asalto las milicias contaba con unos 400 y la matanza se prolongó durante todo el día con ejecuciones arbitrarias, demoliciones de casas y saqueos a las propiedades privadas, tomando dinero y joyas. Durante estos días, los cadáveres yacían en las calles abandonados bajo las ruinas o arrastrados hacia las fosas comunes. Los testigos vieron cómo subían a muchas personas en camiones y se las sacaba de los campos hacia destinos desconocidos. Nadie sabe qué pasó con ellos. Son los "desaparecidos" de la masacre de Sabra y Shatila. Según las fuentes oficiales, el número de muertos ascendió a 3.500.

Antecedentes

Horrorizada por la masacre de Sabra y Shatila y constatando con profunda preocupación la extrema necesidad de una urgente ayuda humanitaria para las víctimas palestinas de la invasión israelí, la AGNU celebró la séptima sesión especial de emergencia sobre este asunto [2]. Además de la cuestión del uso de la fuerza por parte de Israel, se debatió la preocupación a las alarmantes preocupaciones de niños palestinos y libaneses víctimas, lo que llevó a establecer el 4 de junio como el Día Internacional de las Víctimas Inocentes de la Agresión [3]. La fecha fue tomada por el comienzo de la masacre de Israel en el Líbano.

La Resolución de la AGNU número A/ES-7/L.7 (UNGA Res A/ES-7/L.7) fue adoptada mediante llamado a lista, en la cual la votación tuvo: 102 países a favor, 2 en contra y 34 abstenciones [5]. La resolución condenaba a Israel por la invasión al Líbano, la cual infligió graves daños a la población civil palestina, incluyendo grandes pérdidas de vidas humanas, sufrimientos intolerables y destrucción material masiva. Se abstuvieron, Suecia, Colombia y Canadá, indicando que era muy selectivo, sólo para las nacionalidades respetadas o para un solo bando. Mientras que, el resto (Noruega, Irlanda y la Comunidad Europea) creían que la ayuda y los fondos humanitarios serían más apropiados [6]. Los que apoyaron la resolución resaltaron la misión de protección de los niños y expresaron su simpatía por todas las víctimas [7].

A pesar de los diferentes puntos de vista entre los Estados, la Res A/ES-7/L.7 de la AGNU ha desencadenado otras acciones colectivas en la protección de los niños durante y fuera del contexto de los conflictos armados en los años siguientes. La AGNU continuó el legado de la Res A/ES-7/L.7 con la adopción de la Resolución Número 51/77 en 1997, tras el Informe Graca Machel, al recomendar el nombramiento del Representante Especial del Secretario General para los Niños y los Conflictos Armados por parte del Secretario General, y la Resolución Número 62/141 en 2008 contenia la misma petición de nombrar al Representante Especial sobre la Violencia contra los Niños [8].

Los niños y los conflictos armados

Incluso después de cuatro décadas de agresión israelí, los niños palestinos siguen siendo el blanco de las amenazas y la violencia de esta potencia ocupante a diario.  En el periodo entre 2021-2022, más de miles de niños palestinos han sufrido la disminución del acceso a la educación y a la sanidad [11], y cientos podrían ser desplazados de sus hogares [12]. La autoridad también impuso delitos de "seguridad" para detener arbitrariamente a unos 200 niños palestinos, principalmente por lanzar piedras [13]. Este trato no tiene nada que ver con el total de víctimas mortales durante mayo de 2021, que incluye el día en que la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas afirmó que era el mayor número de víctimas palestinas en un solo día desde 2005 [14].

Hasta el día de hoy, las fuerzas israelíes han violado en repetidas ocasiones las obligaciones que les impone el derecho internacional al utilizar munición real, lo que ha dado lugar a una serie de homicidios ilegítimos y lesiones a civiles, incluidos niños. Las fuerzas israelíes han matado a 57 palestinos en la Cisjordania ocupada desde el comienzo de 2022. Precisamente, el 25 de mayo de 2022, Ghaith Rafiq Yamin, un joven palestino de 16 años, fue abatido por las fuerzas de ocupación israelíes durante una incursión militar en las inmediaciones de la Tumba de José, en la ciudad ocupada de Cisjordania, Nablus. Tras la noticia de su muerte, sus compañeros se reunieron en el hospital para despedir a su amigo.

Aunque, de acuerdo con el derecho internacional, los civiles no pueden ser objeto de ataques bajo ninguna circunstancia. Las investigaciones y las pruebas recogidas demuestran que en la mayoría de los asesinatos, las fuerzas israelíes utilizaron fuerzas letales, lo que equivale a asesinatos extrajudiciales y deliberados: estos asesinatos son crímenes de guerra.

Los niños tienen derecho a una protección general en virtud del Derecho Internacional Humanitario (DIH), al igual que los civiles durante los conflictos armados internacionales (Cuarto Convenio de Ginebra) y los no participantes en las hostilidades durante los conflictos armados no internacionales (Artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra). El DIH también regula la protección especial de los niños, que incluye, entre otros, el derecho al cuidado y la ayuda, la unidad de la familia, la educación y los derechos personales [15]. El DIH utiliza diferentes referencias al límite de edad en cuanto a su definición, pero los quince años se han convertido en la norma común [16].Las partes en conflicto tienen prohibido reclutar a los menores de quince años y, al mismo tiempo, están obligadas a dar una protección especial en virtud del DIH a los niños menores de quince años que participen directamente en las hostilidades.

Los niños palestinos deberían poder asistir a la escuela de forma segura sin temor a la violencia a manos de las fuerzas israelíes. En cambio, las fuerzas israelíes se despliegan regularmente en las escuelas o cerca de ellas, atacando a los niños palestinos y poniendo la educación en peligro.

Desde 1996, la oficina de la Representante Especial del Secretario General para la cuestión de los niños y los conflictos armados tiene el mandato de reforzar la protección de los niños afectados por la guerra mediante la sensibilización, la promoción de la información pertinente y el fomento de la cooperación internacional. En 1999, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) adoptó una resolución para incluir el tema en su agenda e identificar las seis violaciones más graves de los niños en tiempos de guerra. Es decir, el asesinato y la mutilación, el reclutamiento o la utilización de niños soldados, la violencia sexual, el secuestro, el ataque contra escuelas u hospitales y la denegación de acceso a la ayuda humanitaria [17]. La Representante Especial ha llevado a cabo 19 planes de acción en diferentes países en conflicto, como Afganistán o Siria, y varias campañas o movimientos, por ejemplo, la Coalición Global para la Reintegración de Niños Soldados y ACT to Protect [18]. Los días 15 y 16 de marzo de 2022, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDH) celebró la cuadragésima novena sesión de diálogo interactivo con la Representante Especial, centrada en el informe anual correspondiente a diciembre de 2020-2021. La Representante Especial planteó su preocupación por los retos sin precedentes que supone la protección de los niños en las zonas de conflicto a lo largo de los años debido a la pandemia de Covid-19 y al elevado número de violaciones graves contra los niños que se siguen produciendo [19]. De acuerdo con su informe, la Representante Especial alertó sobre los resultados poco satisfactorios de la administración talibán desde agosto de 2021 en cuanto a programas relacionados con la protección de los niños, al tiempo que enumeró las violaciones cometidas por el Ejército Nacional de Afganistán por el reclutamiento de niños soldados. En el diálogo interactivo entre los miembros del CDH y la Representante Especial, los oradores abordaron la necesidad urgente de una acción colectiva en favor de los niños víctimas de la agresión rusa en Ucrania. Los oradores interpelaron a la Representante Especial respecto a la acción inmediata para ayudar a los niños ucranianos, que, a pesar de seguir bajo la amenaza del ataque, también lidiaron con el acceso limitado a las necesidades básicas durante la temporada de invierno en el país. Hasta finales de mayo de 2022, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha verificado el número de víctimas civiles de Ucrania, que abarca la muerte de 93 niños, 100 niñas y 69 niños, y las lesiones de 112 niñas y 137 niños, así como de 166 niños[20].

Violencia contra los niños

Según las cifras de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, al menos el 50% de los niños del mundo sufren violencia cada año y cada siete minutos, un niño es asesinado por la violencia en algún lugar del mundo [15]. Por ello, la existencia de la Convención sobre los Derechos del Niño y otros instrumentos jurídicos internacionales de derechos humanos son vitales para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los niños. La convención obliga a la comunidad internacional, especialmente a los Estados parte, a garantizar el cumplimiento de sus derechos fundamentales y la protección frente a la amenaza de la violencia. Aunque, el DIH define al niño soldado como alguien que tiene más de quince años y participa directamente en las hostilidades, el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de niños en los conflictos armados (OPAC) contribuye a fijar la edad mínima en dieciocho años [16].

La invasión estadounidense de Irak en 2003 sumergió al país en un estado de anarquía, inseguridad generalizada y corrupción a muchos niveles. Los niños iraquíes eran especialmente vulnerables, y el trauma impuesto a Irak destruyó cualquier perspectiva para sus niños. Incluso hoy, los menores son cada vez más víctimas de ejecuciones extrajudiciales, abusos sexuales y reclutamiento en las milicias respaldadas por el gobierno. La comunidad internacional ha condenado con frecuencia la invasión, pero se ha concedido inmunidad a los responsables y a los autores. Sin embargo, el reconocimiento de la comisión de crímenes atroces es el primer paso hacia la reparación. En cifras, más de dos millones de civiles iraquíes fueron asesinados durante la invasión y la ocupación, incluidos innumerables niños inocentes. Más de dos millones de civiles iraquíes fueron asesinados durante la invasión y la ocupación, incluidos innumerables niños inocentes. Además de la destrucción y el coste humano, aproximadamente cuatro millones de niños iraquíes han quedado huérfanos, mientras que más de 550.000 niños iraquíes han muerto como consecuencia de las sanciones estadounidenses.

La Representante Especial sobre la Violencia contra los Niños fue nombrada por primera vez en 2009 para abogar por la prevención y la eliminación de todas las formas de violencia contra los niños. El 15 de marzo de 2022, la Representante Especial presentó su informe para el diálogo interactivo en la cuadragésima novena sesión del CDH. Al tiempo que señalaba el punto de la Representante Especial del Secretario General para los Niños y los Conflictos Armados, la representante señaló la creciente urgencia de acabar con la violencia contra los niños tras el impacto de Covid-19 y las crisis humanitarias derivadas de los conflictos, el cambio climático y los desastres naturales [17].El representante está trabajando en varios planes de acción que abarcan el estudio, la encuesta global o la consulta de expertos con los órganos y mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas, las instituciones nacionales y las organizaciones de la sociedad civil [18]. Además, promueve campañas, entre otras, sobre la ratificación y aplicación de los instrumentos internacionales de derechos humanos sobre la infancia como el OPAC y el Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía[19]. En la actualidad, el plan de acción de la Representante está en consonancia con las Naciones Unidas en el Objetivo 16 de la Agenda 2030 de la ONU, a saber, la meta de poner fin a todas las formas de violencia, abuso y explotación de los niños[20].

Geneva International Centre for Justice (GICJ) condena toda forma de violencia contra los niños en cualquier circunstancia, ya sea durante o después del conflicto armado. La lección aprendida de la agresión de Israel en 1982, es que cada 4 de junio se recordará siempre a la comunidad internacional su compromiso con los miembros más vulnerables de la humanidad, los niños. En el cuadragésimo aniversario del Día Internacional de los Niños como Víctimas de Agresión, incluso con el estatus especial que garantiza el derecho internacional, los actores de los conflictos armados en todo el mundo (por ejemplo, Ucrania y Palestina), siguen tratando a los niños como el objetivo del ataque, o peor aún, los despliegan en los campos de batalla. El Protocolo de la Convención de los Derechos del Niño y las Convenciones de Ginebra prohíben firmemente el reclutamiento de niños soldados; la discrepancia legal entre estas dos normativas debería beneficiar a los niños.

Todos los actores deben tener en cuenta también la importancia de preservar a los niños supervivientes en tiempos de guerra mediante una adecuada conciliación y educación, de lo contrario, están prolongado sufrimiento físico y mental el cual comprometerá su futuro. Esta misión se alinea con la cero tolerancia e la violencia contra los niños en el entorno fuera del conflicto armado, en consonancia con el desarrollo progresivo de sus niveles de vida, es decir, la educación, la salud y el bienestar. GICJ agradece toda la dedicación puesta por los representantes implicados en este movimiento, sobre todo a los principales actores con mandato de las Naciones Unidas. GICJ, también hace un llamado a la ratificación inmediata por parte de los Estados restantes de los instrumentos del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de los derechos humanos relacionados con la protección de los niños, así como a una mayor aplicación por parte de los Estados Partes.

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Fuente de la imagen: pexels

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