Por Natalia Venegas / GICJ

"Hay futuro si hay verdad"

El 14 de julio de 2022, los miembros de la Comisión de la Verdad de Colombia presentaron el Informe Final en Ginebra, Suiza. Tras la presentación del informe, se reunieron con la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para hablar del trabajo y los avances de la Comisión. Por su parte, uno de los miembros de la Comisión, el Sr. Palacios, explicó la importancia de continuar con el diálogo social para lograr la no repetición del conflicto armado colombiano y avanzar hacia la reconciliación.

Posteriormente, el 15 de junio, la Comisión se reunió con el Consejo de Derechos Humanos (CDH) para presentar el informe final. Durante la reunión, agradecieron el apoyo de la comunidad internacional. Además, hicieron hincapié en la necesidad de avanzar en la aplicación del Acuerdo de Paz y en el seguimiento de las recomendaciones presentadas por la Comisión de la Verdad. Posteriormente, los comisionados Carlos Martín Beristain y Alejandro Valencia se reunieron con el Alto Comisionado Adjunto del ACNUR, Raouf Mazou, para presentar las conclusiones, las recomendaciones y el volumen del exilio "La Colombia Fuera de Colombia".

La Comisión de la Verdad de Colombia presentó su informe final el 28 de junio de 2022. El tan esperado informe sobre casi seis décadas de conflicto civil generalizado se presentó durante una ceremonia cargada de emoción en Bogotá, la capital del país. El informe final de la Comisión de la Verdad supone la culminación de horas de entrevistas con víctimas, actores armados y funcionarios públicos implicados en el conflicto armado entre el Estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) [1].

Historia

Desde la formación de las FARC en 1964, han habido numerosos intentos de crear una paz negociada. Sin embargo, han fracasado. Pero, en 2012, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, decidió iniciar las negociaciones con la base del Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera. El acuerdo constaba de seis partes: desarrollo rural integral, participación política, fin del conflicto (incluyendo un cese del fuego de hostilidades bilateral y definitivo, así como, la entrega de armas), crear una solución al problema de las drogas ilícitas y de las víctimas, y ratificación, implementación y verificación. A diferencia de los procesos de paz anteriores, el actual tiene una agenda definida con temas de debate limitados. También, es la primera vez que el ''fin del conflicto'' y la entrega de las armas por parte de las FARC figuran explícitamente como objetivo del proceso de paz. Después de establecer las bases de la negociación, la discusión de paz comenzó en La Habana, Cuba. Tras años de negociación, en 2016, el gobierno colombiano y las FARC firmaron un acuerdo de paz. Este acuerdo fue sometido a plebiscito por el pueblo colombiano, que votó en contra. Pero, el acuerdo fue renegociado y firmado por el presidente Santos e implementado a través de una ley aprobada por el Congreso de la República.

El Informe

El acuerdo de paz estableció el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, que incluye la Comisión de la Verdad. Esta fue creada para esclarecer la verdad de lo ocurrido en el marco del conflicto armado. La Comisión contribuye al esclarecimiento de las violaciones e infracciones cometidas durante el conflicto y ofrece una explicación integral [3]. El 28 de junio se publicó el Informe Final de la Comisión de la Verdad. Este consta de cinco capítulos. Primero, "Colombia fuera de Colombia": las verdades del exilio. Segundo, "No es un mal menor", Niños y adolescentes en el conflicto armado. Tercero, "Convocatoria de propuestas para la paz grande", Declaración de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición. Cuarto, "Conclusiones y recomendaciones de la Comisión de la Verdad de Colombia". Y quinto, "Cuando los pájaros no cantaban": historias del conflicto armado en Colombia. Volumen de testimonios [4].

En este orden de ideas, el informe contiene diez temas. En primer lugar, la narración histórica en la que se discuten los hitos significativos y las explicaciones del conflicto colombiano y los factores que persisten en la actualidad. Segundo, la preocupación por las violaciones a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario, incluyendo su intencionalidad, modo de operación e impactos a lo largo del tiempo y en diferentes lugares. Tercero, el tema de la violencia contra las mujeres y su papel en la construcción de la paz y la violencia contra las personas LGBTQ+. En cuarto lugar, la evaluación de las causas, la dinámica y los efectos del conflicto armado en las minorías étnicas. Además, se examinará cómo las consideraciones estratégicas y la riqueza natural han llevado a las disputas por los territorios de estas comunidades. En quinto lugar, se incluyen las experiencias de niños y adolescentes que vivieron el conflicto como menores de edad y dieron testimonio de sus experiencias. Este análisis se centrará en la desprotección de los niños colombianos y el impacto de la orfandad y el reclutamiento. Sexto, es la evaluación de los impactos, el afrontamiento y la resistencia que causó la guerra en millones de víctimas y las consecuencias individuales y colectivas que soportaron como resultado. La séptima, se centra en cómo las comunidades han superado la violencia que sufrieron en el contexto del conflicto armado a pesar de las fracturas sociales [5].

La octava es una sección de testimonios que recogerá las historias sobre la violencia junto con su impacto en las víctimas y los perpetradores que han vivido el conflicto. A partir de una selección de testimonios, estas historias se dividirán en tres partes principales: antes de la violencia, durante la guerra y las perspectivas de futuro. Además, esta sección contiene un volumen sonoro que presentará una serie de piezas de audio para generar una conexión sensorial con el público, lo que la convierte en la primera de este tipo. En noveno lugar, las explicaciones de cómo el conflicto armado difiere entre las regiones colombianas. Esta narración ilustrará la evolución de la guerra, las experiencias de las víctimas y los movimientos sociales. Además, el curso examinará las diferencias y similitudes en las dinámicas e impactos del conflicto armado en las distintas regiones. Por último, el tema sobre la Síntesis es el décimo tema. Incluirá los resultados, las conclusiones y las recomendaciones para la "no repetición", con el fin de evitar que se repita la violencia en el futuro. Esto ayudará a comprender el impacto de la guerra, su evolución en el tiempo, y lo que la Comisión considera conclusiones clave que ayudarán a los lectores a entender el conflicto más profundamente.

¿Por qué es tan importante el informe?

Colombia es un país que ha vivido en estado de conflicto armado durante los últimos 60 años. Durante estas décadas se han acumulado hechos de violencia, estados de sitio, torturas, secuestros y masacres que han inundado de sangre el campo y la conciencia colectiva. El gran número de víctimas ha generado dudas en torno a la verdad de muchos hechos ocurridos.

La historia de asesinatos en Colombia ha infligido un trauma generacional que ha causado un legado de dolor y resistencia. La eliminación de la vida del otro ocupó el espacio de la política y la vida campesina. Este trauma queda arraigado en la identidad de Colombia, un país que ha intentado en numerosas ocasiones construir la paz pero que sigue enredado en nuevos ciclos de violencia [2]. El número de víctimas no es preciso, pero va en aumento.

La Comisión de la Verdad también especifica entre los diferentes delitos cometidos durante el conflicto armado. El informe abarca datos entre 1985 y 2018. A lo largo de los años, el conflicto alcanzó su punto álgido entre 1995 y 2004; los civiles constituyen el 45% de las víctimas, no los combatientes.

Homicidios

Se cometieron 450.666 homicidios durante ese tiempo. La mayoría de estas atrocidades fueron cometidas por grupos paramilitares (45%), las FARC (21%), el Estado (12%), el ELN (4%), y otras guerrillas (2%), el otro 15% fueron cometidos por otros o múltiples.

Desapariciones forzadas

El número de víctimas de desapariciones forzadas se estima en 121.768. Esta práctica se asoció con el Estado colombiano durante los años 70 y 80 que marcaron la implementación del "Estatuto de Seguridad" realizado por el gobierno de Julio César Turbay Ayala (1978-1982). Con la implementación del estatuto, las desapariciones forzadas se convirtieron en una táctica de contrainsurgencia por parte del gobierno. De nuevo, durante los años 90 y 2000, los grupos paramilitares utilizaron esta práctica de forma masiva. A partir de 1995, se produjo un crecimiento que alcanzó su punto máximo en 2002.

Violaciones de las libertades

La Comisión de la Verdad identificó tres tipos de violaciones. En primer lugar, las detenciones arbitrarias se utilizaron durante el conflicto para desestructurar las organizaciones sociales o infligir miedo a sus miembros. No están respaldadas por pruebas, pero fueron formas de criminalizar a la sociedad civil bajo el estigma del enemigo interno. En segundo lugar, el informe habla de secuestros y extorsiones. Este delito causó 50.770 víctimas. La Comisión explica que la responsabilidad principal es de las FARC. Durante esta práctica, las personas son tratadas como mercancía, para lo cual se valora su vida; si no se logra el objetivo, serán asesinadas. En tercer lugar, la tortura. Según el informe, se llevaron a cabo en cuatro situaciones: detenciones arbitrarias cometidas por las fuerzas armadas y el Estado durante una emergencia; masacres y atentados contra civiles; ejecuciones extrajudiciales y secuestros cometidos por las FARC en los que los secuestrados eran sometidos a humillaciones, aislamiento y encadenamiento.

Reclutamiento de niños

Según los registros, hubo 16.238 niños reclutados. El reclutamiento fue realizado principalmente por los grupos armados ilegales. Sin embargo, el Estado también reclutó menores, cuando la ley lo permitía, antes de 1996.

Desplazamiento forzado

La Comisión identificó este delito con el mayor número de víctimas. Más de 8 millones de personas fueron desplazadas a causa del conflicto armado. Huir se convirtió en una forma denigrante de salvar la vida perdiendo cosas y valores. En ocasiones, la inmovilización forzosa también representó la coacción de la libertad, uno de los derechos fundamentales clave. La limitación de los movimientos de la población civil durante los enfrentamientos u otros eventos del conflicto fue también una práctica generalizada. Los desplazamientos generaron una crisis de derechos humanos en el país.

Geneva International Centre for Justice (GICJ) celebra el último informe de la Comisión de la Verdad como un paso importante hacia la paz en Colombia. Asimismo, animamos al gobierno colombiano a poner en práctica las sugerencias de la Comisión de la Verdad. Aunque éstas no son vinculantes, proporcionan una orientación hacia la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición. GICJ también hace un llamado al nuevo gobierno elegido para que impulse el Acuerdo de Paz como uno de los principales puntos de la agenda.



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[1] https://cnnespanol.cnn.com/2022/06/29/la-historica-comision-de-la-verdad-de-colombia-publico-su-informe-final-aqui-hay-5-conclusiones-clave/

[2]  https://www.comisiondelaverdad.co/hallazgos-y-recomendaciones-1

[3]  https://www.comisiondelaverdad.co/

[4]  https://www.comisiondelaverdad.co/hay-futuro-si-hay-verdad

[5] https://hjck.com/reportajes/todo-lo-que-tiene-que-saber-sobre-el-informe-final-de-la-comision-de-la-verdad-so35

[6] https://www.comisiondelaverdad.co/hallazgos-y-recomendaciones-1

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